jueves, enero 27, 2005

PATITA, PATITA

La última vez que tuve fiebre debe haber sido a eso de los seis o siete años, una época desastroza en mi vida porque no me salvé de ninguna peste, resfrío, heridas en todas y cada una de mis extremidades, y un etcétera que no vale la pena profundizar. Pero lo que me pasó solo a días de venirme a Baires si que fue extraño, por decir algo. Porque cuando chico y tienes fiebre, ves que el techo se te acerca, que de repente empieza todo a ondear, que tu cama da la impresión que estuviera montada sobre una especie de montaña rusa...pero lo que sientes de adulto cuando la fiebra es alta, si que es raro. Después de ir de compras a la Feria Persa Bío-Bío (metamall alternativo en el corazón de Santiago) empecé a sentir esa sensación tipica de la gripe: escalofrios, dolor en todo el cuerpo, y una extraña sensación de que quieres que te acurruquen y te hagan cariño (quizas eso es sólo mío). Al rato, y sintiéndome muy, pero muy mal, UFARO que estaba presente en la escena, conversa conmigo de nuestros episodios de fiebre en la vida. Y adivinen qué: yo le cuento que mi último episodio fue a los 6 o 7 años, que la cama daba vueltas...(esto es triste, acabo de darme cuenta que tengo pocas historias de infancia!!); el asunto es que él va ducharse y lo que era una sensación desagradable, en ese momento se tranforma en escalofríos y un intenso dolor en mi pie derecho. Trato de llegar a la cama y el dolor de pie se intensifica, me arropo con cuanta cosa encuentro y de ahí en adelante pierdo conciencia de casi todo, salvo de que gritaba como idiota y pronunciaba muchas veces "patita, patita", porque la maldita fiebre hizo que algun golpecito se transformara en una fractura expuesta o qué se yo qué cosa. Grité y grité, y nadie ayudó (cuento del lobo dirán ustedes), hasta que escuche la voz de UFARO que salió al rato de su ducha y vio este cuadro, del que pensó era alguna performance mia (habituales en esa casa). No creyó nada sino hasta que se dio cuenta que no lo escuchaba y que mis retorcijones parecían reales (esto me lo cuenta él después, yo de nada de esto tengo recuerdos). Acto seguido, avisa a 221 de mi estado, quien se encuentra en su baño haciendo un exorcismo (cagando, o yéndose de cuerpo, como le dicen en Argentina). Los dos sin saber que hacer, y yo volviendo a entender que el mundo existe y que necesito un paño húmedo en la cabeza. UFARO también lo entiende así y además decide en un acto arriesgado y digno de Indiana Jones, tomarme el pie y hacer de cuentas que me saca lo que tengo encima y que provoca mi "dolor"...curiosamente en un rato vuelvo a la Tierra. Dato al margen: el termómetro con que me tomaron la temperatura un rato antes de la crisis, marcaba 37 grados...un segundo termómetro (que se compró en el acto), marcaba, ya conmigo consciente y hablando de mi patita, 39. Después de todo esto, y de la sensación que lo peor había pasado, llega otra crisis, que me obliga a terminar en la posta con una señora que me inyectó no se qué cosa en mi glúteo izquierdo (primer registro de pinchazo en mi vida); la fiebre baja nuevamente y hasta me siento como si nada pasara... Tres dias mas tarde, tenía la sensación que no se iba a terminar nunca esta historia, y sólo atiné a comer arroz blanco y pollo a la plancha (ideas estúpidas que uno absorbe con el paso de los años). Al sexto dia ya estaba repuesto y comenzó el largo proceso de conjeturas sobre qué podría haber pasado en mi...fui desde la Meningitis Meningocócica hasta el Mal de Krohn, y lo más cercano por síntomas fue finalmente una Gastroenteritis. Eso lo deduje yo y Google.cl, porque los dos médicos que me vieron en la posta jamás hablaron siquera de la posibilidad de algo así. Compromiso médico que le llaman.

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